Restaurante Bardal, de Benito Gómez [Ronda – Málaga]
La grandísima y asombrosa paradoja de Benito Bardal es que el carácter tajante y brutal de su cocina bandolera se haya refinado tanto que haya terminado por ser una cocina kaiseki rondeña.
La cocina bardaliana es la de un menú de envergadura, de temporada, de productos del entorno serrano y marítimo, naturaleza trabajada a fondo, expresiva de la contundencia circundante, refinada desde su crudeza y elevada a una delicadeza sápida insospechada.
Una cocina que se ha ido perfeccionando en la maestría y que, hoy día, esconde tras de sí, a la sombra de la refinada estética con la que se presenta, todos los códigos de la buena cocina de verdad y trabajo, reglas básicas de la casa que nunca se han de romper porque son su gran valor.
En esta cocina suya, bardaliana y kaiseki, rondeña y catalana, los extremos se tocan en contrasentido: dureza y suavidad, fuerza y delicadeza, grosor y finura, brutalidad y miramiento., contundencia y sensibilidad…..amalgamándose y haciéndose una y única.