¿Cocinarán las máquinas? Por supuesto, ya lo hacen. Y coparán los 50Best antes de que cante un gallo. 

¿Sueñan los cocineros con cybercooks electrónicos?

¿Cocinarán las máquinas? Por supuesto, ya lo hacen. Y coparán los 50Best antes de que cante un gallo. 

En unos pocos telediarios no tendremos que levantarnos del sofá y dejar de verlos para hacernos la cena, pues de la incipiencia de la cocina de las máquinas habremos pasado a la realidad cotidiana de pedírsela in person y a viva voz: “Howard, hoy cenaré una tortilla francesa a lo Dabiz Diverxo”. Y se acabó lo que se cocinaba. 

En breve, los cybercooks habrán sustituido a todo pinche viviente y serán ellos los que repliquen en segundos con meticulosidad perfeccionista hasta las tortillitas de camarones de Ángel León/Aponiente.

Ya no serán humanos, sino robots quienes se curren tras cada servicio las cocinas de Mugaritz para dejarlas como una patena. Y a Andoni se le acabará el chollo para sus vídeos de IG. Bueno, él mismo será sustituido por el ciberpanda DonNou2. 

Sí, sí, no me miren así, porque todos ellos -los tops of the cooks– tendrán sus propios replicantes y así podrán estar siempre en sus muchos restas oloberdegüer. La IA actúa sin piedad. IiiiiAaaa!!

Y qué decir del corte japo de los pescados y su parafernalia, humanoides de ojos rasgados lo harán mejor que el mejor de los itamaes y, por supuesto, más lápido y balato. A tomal pol sako. Ojú la cantidad de sushimanes truchimanes se van a quedar en la calle.

“Pisha, tas más perturbao que una cabra eléctrica. Y la creatividad  qué, de dónde la van a sacar”. Pues bien sencillo, bros de raza: de la bitcooking no-creativa. Ellos, los autómatas cocinantes, conectados y comunicados además entre sí, contarán con tantísima info que elaborarán nuevos recetarios de altísimo nivel como si churros fueran. ¡Calentitos, los tengo calentitos. A euro la media docena! 

Y en los restas de fine dining los menús estarán personalizados al extremo. Se acabó la tontada esa de preguntar por alergias y alérgenos. Tu historial vital y de cliente, todos tus penosos antecedentes como comensal y tus malos gustos estarán previamente a su disposición, lo que nos permitirá que cada uno dispongamos de nuestra carta propia. Por fin el bobo engorro de “a mesa completa”, morirá. ¡Abajo la tiranía de los androides mâitre d’hôtel, viva la libertad!

¡Ah! y no sonrían tonta y escépticamente mientras engullen -ojalá- este artículo bufo, porque esta es la vívida realidad con la que, ya mismo, los vivíparos omnívoros conviviremos opíparamente. El futuro ya está aquí. 

La primera ciberestrella está al caer. Las malas lenguas dicen que será para el replicante MB 30. 

*Con una pequeña ayuda de Philip K. Dick y su Blade Runner/¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

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