La Importancia de ser importante

De joven me rayaba mucho eso de las “patatas a la importancia” por sonarme a un pretencioso contradiós, ¿cabe darle importancia a unas papas?, me preguntaba.  Hoy pienso que ese plato lleva en su enunciado la mismísima piedra gastrosofal de la cocina, los cocineros y la gastronomía, que no son sino una pura contradicción en sus propios términos.

Porque…¿qué importancia tiene la importancia en la gastronomía española? Ardua cuestión para ser contestada en corto dada la generalización de su planteamiento. Aún así, con certeza pero sin temor a la equivocación, creo que merece la pena hincarle el diente y saborearla.

Empecemos rememorando aquí ese antiguo dicho popular tan reescrito y exhibido, aún hoy, en tantos hispanos restaurantes: “es agradable ser importante, pero es más importante ser agradable” ¿Sigue teniendo alguna vigencia esta máxima que, digamos, aún creía en la humana bonhomía? Yo creo que no.

Creo que, en nuestros días, lo más importante es ser importante. Ni sexo, ni dinero ni joyas… ni poyas, que dirían jiennenses y granadinos. Y esta atrevida aseveración sirve para tothom,  incluidos obviamente los cocineros que también quieren ser importantes como lo quiere todo quisque, pues el mismo derecho les asiste.

El reciente y merecido cambio histórico habido en la valoración y reconocimiento social de la profesión de cocinero, debidamente acompañado por la vanidad neurótica de contar al mundo sus experiencias con el apoyo y empuje egoísta de los mass media, ha traído consigo este arribismo de la importancia general: orgullo sin prejuicio ni escrúpulo, sinrazón de la soberbia. 

Una vez que esto está al alcance de la mano del cocinero, lógico, lícito y hasta loable es pretender serlo. Y es en esa pretendida pretensión donde reside el peligro de la querencia de la importancia, pues suele venir acompañada de una ‘sobre-auto-estima’ de mal gusto y una ‘sobre-actuación-personal’ de agrio regusto, pues este ‘llegar a ser alguien importante’ necesita de tanta ambición, esfuerzo y desgaste personal que somete y remodela el carácter de las personas, alejándolas de su autenticidad y humanidad, más mientras más se triunfa en el camino de la fama y el éxito.

Además, es muy de tener en cuenta que todo este embrollo, muy probablemente, irá restando tiempo y dedicación personal a su cocinar, lo que irá en detrimento de su pureza y supondrá su entrega al consumismo de la industria del entretenimiento, aunque quizás no de los imperiosos positivos resultados económicos de su resta, porque serán los ‘bienpagaos’.

Muchos de ellos nacieron y crecieron bohemios pero la nueva cocina de la importancia los ha cambiado y ahora quieren triunfar y ganar y salir en la tele y la radio, que cantaran -algo parafraseado- CTangana y Niño de Elche, porque este es un veneno cruel y violento que se les ha metido en la sangre.

¿Mejor comer papas fritas que patatas a la importancia?